Menos impuestos se traduce en más producción, más empleo y mayor consumo. “Con menos impuestos se va destrabando esa rueda en la que estamos todos y hace que se movilice la economía”, explica Antonella Semadeni, economista de la Fundación Agrícola para el Desarrollo Argentino (FADA). Aún con esta baja, el peso de los impuestos en el agro continúa siendo alto: más de la mitad de lo que genera una hectárea agrícola se destina al pago de impuestos. “Los productores enfrentan diferentes costos a la hora de trabajar la tierra: las semillas, los fertilizantes, los salarios, fletes, seguros, etc. Una vez que se cosechan, venden ese cultivo, ya sea soja, maíz, trigo o girasol. La plata que les queda después de pagar todos esos costos se divide en tres: el valor de quienes alquilan la tierra para producir 27,9%, la ganancia 15,8% y los impuestos que se pagan 56,3%. Esto último es lo que medimos en el Índice FADA, cuánto es el peso de los impuestos y cómo se conforman”, agrega Fiorella Savarino, Economista de FADA.
Una baja
En comparación con la última medición de septiembre, cuando el Índice FADA había alcanzado el 60,9%, el indicador muestra una baja. Esta caída se explica principalmente por dos factores: la reducción permanente de las retenciones y la mejora en los precios de la soja y el maíz. Estos cambios aumentaron el valor de la producción y, en consecuencia, la renta agrícola. Además, la baja de las retenciones reduce el peso de los impuestos efectivamente sobre el productor. Las alícuotas pasaron a ser del 24% en soja (antes 26%), 8,5% en maíz (antes 9,5%), 7,5% en trigo (antes 9,5%) y 4,5% en girasol (era de 5,5%). El diagnóstico de FADA señala que, de todos los impuestos que paga una hectárea agrícola, el 56,5% son impuestos nacionales no coparticipables, es decir, recursos que no vuelven a las provincias. El 37,1% son nacionales coparticipables, 5,7% corresponde a los impuestos que cobran las provincias y un 0,7% son los municipales. Un dato relevante es que la participación de los impuestos no coparticipables es una de las más bajas desde que se mide el Índice FADA (2007), esto es como resultado de la baja efectiva de las retenciones.
El Gobierno nacional oficializó la baja de las retenciones al campoEl escenario productivo para la campaña 2025/26 se muestra favorable. Se espera una mejora cercana al 18% en la producción total de soja, maíz, trigo y girasol, lo que equivale a 16 millones de toneladas adicionales frente a la campaña 2024/25. El crecimiento estaría impulsado principalmente por maíz, trigo y girasol. El maíz crecería un 16%, el trigo se encamina a una campaña récord con un salto del 38%, y el girasol aumentaría un 23%, mientras que la soja registraría una leve baja del 2%. En cuanto a los precios, las proyecciones indican un escenario neutral, con valores similares a los actuales. Así, se espera una buena campaña en términos productivos, con más toneladas, aunque sin mejoras significativas en los precios.